Había una vez un rey y una reina que deseaban tener un hijo. Después de muchos años, la reina finalmente dio a luz a una niña preciosa llamada Blancanieves.
La reina murió poco después de dar a luz, y el rey se volvió a casar con una mujer cruel e egoísta llamada la Reina Malvada. La Reina Malvada tenía un espejo mágico que le decía que ella era la mujer más hermosa del reino, pero cuando se enteró de que Blancanieves era mucho más hermosa que ella, se enojó mucho.
La Reina Malvada ordenó a un cazador que matara a Blancanieves, pero en su lugar, la dejó en el bosque para que muriera. Afortunadamente, un grupo de siete enanitos la encontró y la llevó a su casa, donde la cuidaron y la protegieron.
La Reina Malvada, sin embargo, no se rindió. Se disfrazó de anciana y llevó a Blancanieves un manzano envenenado, pero Blancanieves no murió. En su lugar, se quedó dormida durante años hasta que un príncipe la encontró y la despertó con un beso.
Blancanieves y el príncipe se enamoraron y se casaron, y vivieron felices para siempre. La Reina Malvada, en cambio, fue castigada por sus malas acciones y nunca volvió a molestar a Blancanieves o al reino.
La moraleja de esta historia es que el bien siempre triunfa sobre el mal y que la belleza interior es más importante que la belleza exterior. También muestra la importancia de ser amable y generoso con los demás y de no darle demasiada importancia a la apariencia física.
Cuentos clásicos con moraleja para niños: