Hace algún tiempo José era un hermoso niño de cinco vivarachos años. Una noche antes de dormir, su papá se sienta en la cama de él a platicar. José no parecía tener sueño. De repente, le pregunta a su papá: “papa, ¿cuántos habitantes tiene la Tierra?”. Papá se sorprende de la pregunta, y como no sabía el dato, le contesta que no sabe.
Después de dejarlo dormido, papá le comenta a mamá la curiosa pregunta del patojo. Papá pensaba que para un chirís que apenas cuenta hasta diez, el dato no iba a tener sentido. Mamá se la toma en serio, y recomienda a papá buscar la respuesta para satisfacer la curiosidad del niño. En ese entonces la cosa no estaba tan fácil como ahora que sólo tenés que ir a Google.
A los dos días, papá trajo la respuesta: 3,000 millones de habitantes.
José Joaquín escuchó sin inmutarse y respondió serio:
Esos son los vivos, ¿y los muertos?
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